Coreografía
Coreografía
Por testimonio oral se dice que se llamaba simplemente cumbia al baile de parejas independientes y cumbia cerrada a la de parejas en ruedo. Esas denominaciones han salido de arreglos hechos sobre el esquema de la cumbia Suelta. Se sabe que a golpe de madrugada, cuando el Seco o el Guarapo fermentado habían subido la temperatura al grado más alto, algunas veces, una voz alegre gritaba:!Cierren! y el círculo se estrechaba para permitir libertades que en círculo despejado no podían hacerse. Cuando ya se iban sintiendo más tranquilos, optaban por abrir el círculo y volver al espacio primitivo.
La cumbia folclórica adopta dos modalidades de baile, conocidas como "cumbia suelta y "cumbia amanojá".
- Cumbia suelta: Es un baile colectivo, donde las parejas se desplazan formando una ronda en la que los varones van por dentro y las mujeres por fuera. Las mujeres llevan en algunas regiones velas encendidas en las manos. El movimiento en la ronda se realiza a través de una Seguidilla muy menuda, continuada, con movimientos insinuantes de caderas; y sin romper la circunferencia, adornan estos pasos con vueltas y giros, al intercambiar brevemente los lugares que han ocupado, los que forman la pareja, desde el principio del baile. Todos estos movimientos van indicados por la música que obliga a los cambios.
- Cumbia amanojá: Es la agarrada o semiabrazada, que permite el uso del salón, muchos ubican el origen de este tipo de cumbia que comentamos, en las regiones santeñas, cuando los ritmos de la cumbia y sus melodías fueron arregladas para ser usados en los salones. La frase melódica es más amplia, se le introdujeron adornos, se amplió la orquesta que además de los tambores utilizó unas veces, maracas; otras, guácharas; triángulo; flauta; guitarra española y violín que ha sido sustituido hoy por el acordeón. Hasta los textos literarios pasaron del tono picaresco, a literatura más sana; romántica y apasionada. Los movimientos un tanto sensuales perdieron un poco de su color y todo fue adecuándose para uso de la gente que no se sentía bien en el nivel que rodeaba el patio en las prácticas de la cumbia de ronda.
Manuel Zárate, en su obra "Tambor y Socavón", toma como paradigma la cumbia que se baila en la Ciudad de La Chorrera, haciendo la salvedad de que existen muchas otras variantes a nivel nacional, en donde la coreograía difiere a la descrita a continuación:
(...)Es un baile de ronda, donde se admiten hasta cuarenta personas, y si hay demasiados bailadores se hacen dos rondas concéntricas, de parejas.Las cumbias donde el componente cultural afropanameño es predominante constan de dos figuras, el paseo y la vuelta. El paseo consiste en el desplazamiento regular de las parejas. Para ello las mujeres se deslizan dando pasitos cortos, a dos tiempos, muy seguidos (seguidilla), con toda la planta del pie asentada sobre el terreno y llevando casi siempre un pie adelante y otro detrás. Los hombres imitan a veces ese movimiento, y otras dan pasos alternando la salida con cada pie, una vez con el derecho, otra con el izquierdo, lo cual da más libertad al bailador para ejecutar flexiones y quites vistosos. La segunda figura se ejecuta de una clara llamada de las maracas, repique prologando y fuerte muy característico, y consiste en dos desahogados cambios de las posiciones entre hombres y mujeres, los cuales se ejecutan sin dejar de bailar y de avanzar en la rueda. Es tan llamativo este movimiento como una figura de ballet. Por dos veces el hombre va hasta el círculo de las mujeres o poco más allá y las mujeres se adentran hasta el de los hombres. Al llegar los varones afuera y las damas adentro, verifican una vuelta simultánea, en forma de "lazo" y en seguida con el mismo paso que llamamos seguidilla, vuelven a sus lugares, por esta vez al varón no ejecuta vuelta en el interior, sino que forma en su línea de movimientos un ángulo y no "lazo", para volver a emprender, sin perder el paso, el mismo camino hacia afuera, mientras que la mujer girando, sobre sí misma al llegar a su puesto, vuelve hacia adentro, gira y continuando el paso, va a colocarse en la situación primera, lo mismo que el varón, quien al llegar al exterior del círculo, se regresa a buscar su puesto primitivo. Ambos recuperan sus posiciones para comenzar de nuevo el paseo. La dirección de la ronda suele cambiarse de vez en cuando y adopta el sentido de las agujas del reloj, con lo cual se pone a prueba la destreza de los bailadores, pues deben repetir el esquema consabido, "al revés".
Comentarios
Publicar un comentario